En casa ya somos todos mayores y hace unos cuantos años que se terminaron aquellos días de Reyes en los que los niños a las 7 ya nos despertaban llenos de ilusión y bajábamos todos juntos al comedor a averiguar si los Reyes Magos habían dejado los regalos.
Esas mañanas que pasábamos en pijama ya que no encontrábamos nunca el momento de vestirnos y que dedicábamos a montar barcos piratas, legos, islas de Peter Pan, ambulancias de playmobil, aviones, parkings... y los días posteriores intentando hacerles un sitio a todos esos juguetes nuevos.
