Esta torta no tiene nada sofisticado ni especial, es una simple coca de masa de pan con azúcar y aceite, pero es deliciosa, esponjosa, dulce pero sin exagerar, y perfecta para acompañar al café de la mañana o para una merienda.
Los sabores y olores tradicionales nos transportan a la infancia y nos conectan con nuestras raices.
Después de mi última visita al pueblo durante el verano pasado, desayunamos torta todos los días que estuvimos allí y encargamos una grande a la panadería para traer a Tarragona y repartirla entre la familia, que la acogieron encantados.
Decidí que no iba a esperar a la próxima ocasión de visitar el pueblo para volver a disfrutar de este bizcocho, más ahora en que los desplazamientos se han convertido en algo prohibido, y empecé a preguntar a la familia por la receta.
Una prima de mi madre me facilitó su receta, pero era poco concreta, del tipo añade azúcar, ralladura de limón, aceite y bicarbonato a medio kilo de masa de pan y luego la cueces.
He necesitado 5 intentos para conseguir una textura y sabor similar a la original, no conseguía que la parte superior me quedara esponjosa, luego se me quemaba por abajo, me salía demasiado fina... Pero al final aqui tengo la que parece que va a ser la receta definitiva.
- 500 gr de harina de fuerza
- 300 gr de agua calentada 20 segundos al microondas
- 1/2 cucharadita de sal
- un cubo de levadura fresca o una cucharada de levadura seca de panadero
Amasar los ingredientes anteriores y añadir:
- 100 ml de aceite de oliva ( la medida de un vaso de vino)
- 4 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita colmada de bicarbonato
- la ralladura de un limón
Volver a amasar hasta que el aceite se haya integrado completamente. Yo he amasado con Kitchenaid usando el accesorio del gancho.
Extender la masa en una bandeja de horno, la mía de 32x25 cm, con un papel de horno o lámina de silicona en la base. Intentar que la superficie quede lisa, toda al mismo nivel.
Tapar con un paño de cocina y dejar levar durante un par de horas.
Calentar el horno a 190º con calor solo abajo, sin aire y sin vapor
Espolvorear la superficie de la coca con abundante azúcar y hornear, en la segunda altura empezando por abajo durante 18 minutos. Sacar del horno inmediatamente y dejar enfriar.
Está buenísima sola, acompañada con una onza de chocolate negro es sublime, y mojada en la leche o el café de la mañana proporciona alegría para toda la jornada.
Variante: substituir 15 ml de aceite por 15 ml de anís (licor) y espolvorear además de con azúcar con almendra granillo o laminada.
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