Cuando a uno le dicen algo así lo primero que hace es bloquearse y pensar ¿ que le doy yo ahora a esta niña de comer ?
No encontraban ningún sitio donde comprar un pan de estas características y me ofrecí a probar una receta en casa a ver si lograba obtener un pan comestible.
Tengo que avisar que no es el típico pan de harina integral, la textura, al llevar bicarbonato en vez de levadura es diferente del pan con masa fermentada, pero de sabor es muy rico y además no quedó nada seco que era el miedo que yo tenía, que fuera demasiado denso y difícil de comer.
Ingredientes:
◦ 200 nata sin lactosa ( también lo podríamos hacer con leche)
◦ 2 cucharadas de zumo de limón
◦ 500 gr de harina de espelta ( o 450 harina
y 50 gr de copos de avena)
◦ 25 gr de pasas, pipas, frutos secos, o al
gusto ( yo he puesto pipas)
◦ 15 gr de bicarbonato
◦ 5 gr de sal ( 1 cucharadita colmada)
◦ 5 gr azúcar
◦ 10 gr aceite
Preparación:
1 Precalienta el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.
2 Pesa la nata en un cuenco y echa sobre esta el zumo de limón. Mezcla y espera unos 10-15 minutos. Reserva.
3 Pon en el vaso la harina, la avena, los frutos secos, el bicarbonato, la sal y el azucar y mezcla bien con una cuchara.
4 Incorpora la nata, el aceite y el agua y amasa 2 minutos .
5 Da forma de barra
a la masa y con un cuchillo de sierra haz unos cortes profundos sobre la masa
6 Hornea
a 200ºC calor arriba y abajo durante 20 minutos con un bol de agua en el suelo
del horno o hasta que esté
dorado. Retira y deja enfriar sobre una rejilla.
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