Cuando voy a Benamaurel, el pueblo de mis padres, uno de los placeres del viaje es ir a la panadería al levantarme y comprar torta de aceite para desayunar.
Esta torta no tiene nada sofisticado ni especial, es una simple coca de masa de pan con azúcar y aceite, pero es deliciosa, esponjosa, dulce pero sin exagerar, y perfecta para acompañar al café de la mañana o para una merienda.